
Por Marcelo Pérez Peláez (con asistencia de Claude, GPT y Grok)
Cómo la inteligencia artificial puede analizar tu lenguaje y descifrar tu pensamiento.
En la era digital actual, donde cada palabra que publicamos en redes sociales o enviamos en mensajes de texto deja una huella, la inteligencia artificial ha encontrado un nuevo ámbito para explorar: nuestra mente. Un reciente estudio, basado en algoritmos de aprendizaje profundo, ha demostrado que nuestro lenguaje puede ser un fiel reflejo de nuestras capacidades cognitivas.
Las palabras que revelan más de lo que imaginamos
De acuerdo con este análisis, existen expresiones que podrían denotar un procesamiento cognitivo de menor complejidad. Algunas de ellas son:
- «Literalmente»: Con frecuencia mal empleada o utilizada en exceso.
- «Como que»: Usada reiteradamente como una muletilla.
- «Y eso»: Cierre impreciso de ideas no del todo desarrolladas.
- «O sea»: Empleada sin aportar verdadera claridad al discurso.
- «Básicamente»: Utilizada para simplificar en exceso conceptos complejos.
- «Siempre» y «Nunca»: Indicadores de un pensamiento dicotómico.
- «Cosas» y «Algo»: Como sustitutos de términos más específicos.
- Superlativos exagerados: «Súper», «Mega», «Hiper», repetidos constantemente.
- Palabras malsonantes: Usadas como recurso fácil o comodín.
- Frases hechas: Repetidas sin mayor reflexión o contexto.
Es posible que al leer estas palabras te inquietes al recordar cuántas veces las has utilizado hoy, pero es crucial tener en cuenta que el contexto es fundamental. La inteligencia artificial no emite juicios; simplemente detecta patrones.
El algoritmo que va más allá de las palabras
Lo verdaderamente innovador de este estudio es que la IA no se limita al análisis de palabras aisladas. Examina también la estructura de las oraciones, la riqueza del vocabulario y los matices semánticos. Aquellas personas que hacen un uso variado de conectores lógicos o que recurren a la ironía suelen obtener puntuaciones elevadas en pruebas de razonamiento abstracto o inteligencia emocional.
¿Espejo o prisma?
Entonces, ¿es el lenguaje el que moldea nuestra mente o es la mente la que da forma a nuestras palabras? Los resultados sugieren que se trata de una combinación de ambos. Cada palabra nueva que aprendemos y cada estructura gramatical compleja que dominamos funcionan como un nuevo entrenamiento para nuestro cerebro. Cuanto más diverso sea nuestro vocabulario, mayor flexibilidad cognitiva desarrollamos.
El desafío lingüístico
Por lo tanto, te propongo un reto: durante la próxima semana, prestá atención a tu propio lenguaje. ¿Usás las expresiones mencionadas? Si es así, intentá expandir tu vocabulario, experimentar con estructuras más complejas y ser más preciso en tus descripciones. No se trata de cambiar quién sos, sino de descubrir todo el potencial que tiene tu lenguaje.
En un mundo donde la inteligencia artificial puede leer nuestra mente a través de nuestras palabras, la pregunta que queda es: ¿qué historia querés que cuente tu lenguaje sobre vos?
NMDQ
Fuente Noticias MDQ











