
En el marco del vigésimo aniversario del histórico “No al ALCA” celebrado en Mar del Plata, la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata fue escenario este miércoles de un acto cargado de emoción y reconocimiento. En el Aula 24, y bajo el lema del festival Nuestra América “El que siembra sueños cosecha primaveras”, se realizó la entrega del título de Doctor Honoris Causa al Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, una distinción que celebra su incansable compromiso con los derechos humanos, la justicia social y la integración latinoamericana.
Durante la ceremonia, también se reconoció al artista plástico Felipe Giménez como Personalidad Ilustre, en homenaje a su valiosa trayectoria y su aporte al arte y la cultura popular.
El encuentro, organizado por el Centro de Estudios Sociohistóricos de América Latina Contemporánea (CESALC), el Departamento de Historia y la Facultad de Humanidades de la UNMdP, reunió a autoridades —entre ellas, la recientemente electa rectora Mónica Biasone—, docentes, estudiantes y miembros de la comunidad universitaria en una jornada que celebró el pensamiento crítico, la memoria colectiva y el compromiso con una América Latina más justa y solidaria.
El rector Alfredo Lazzeretti expresó que este homenaje significa “una gran alegría” y que la universidad reconocía en Pérez Esquivel “su permanente lucha por los derechos humanos” que atravesó distintos tiempos históricos, incluso los más difíciles. Pidió no desistir frente a los desafíos actuales: “Los problemas de la democracia se resuelven con más democracia” y afirmó que la defensa de la paz y la justicia era una tarea colectiva, especialmente relevante en una institución pública como la UNMDP.
Por su parte, el decano de la Facultad de Humanidades Enrique Andreotti Romanín destacó que las universidades tienen la responsabilidad de “reconocer pero también abrir debates” y valoró la potencia transformadora del arte en ese camino: “Es posible desde el arte disputar, discutir y transformar sentidos”.
En ese marco, celebró que Felipe Giménez ya fuera parte de la comunidad académica y reforzó el vínculo entre universidad y territorio: “Somos parte de algo mucho más grande. Hacemos cosas, proponemos debates, discutimos y honramos a quienes nos permiten pensar”
Felipe Giménez: el arte como alimento y como encuentro
Al recibir la distinción de Personalidad Ilustre, Giménez agradeció volver al espacio donde se había formado: “Volver a la casa donde uno aprendió tanto y tuvo una experiencia afectiva muy grande es sumamente gratificante”. Recordó los tres pilares que orientaron su camino creativo: la plástica, la gastronomía y la psicología. Sobre esta última, subrayó que la universidad le enseñó que el conocimiento es apenas un punto de partida: “La universidad es el comienzo, no es el final”.
En un contexto complejo para el país, sostuvo que el arte sigue siendo una herramienta de resistencia emocional y pensamiento crítico: “En un momento donde hay una pesadilla compartida que es gigante, la salida por ahí está adentro”. Defendió el rol de las expresiones culturales dentro de la universidad, como parte de la formación humana y ciudadana: “Si hay algo que permite el arte es la capacidad de comunicarnos con nosotros mismos, es un diálogo, un territorio que permite el encuentro”.
Adolfo Pérez Esquivel: una lucha por la paz que se construye todos los días
La entrega del título de Doctor Honoris Causa de la UNMDP volvió a poner en valor la trayectoria de un referente internacional de los derechos humanos. Pérez Esquivel remarcó que su trabajo siempre fue colectivo: “El Premio Nobel no lo asumí a título personal. Lo asumí en nombre de todos los pueblos de América Latina”.
Desde su mirada ética y política, advirtió que la realidad exigía nuevos compromisos. “El hambre es otra guerra” sostuvo, y también convocó a no dejar de luchar con esperanza: “No hay que desesperar. Hay que continuar luchando con fuerza y esperanza para cambiar toda desgracia que sufrimos en el país”.
A la comunidad universitaria le dejó un mensaje directo y profundamente formativo: “Las universidades son una esperanza de la conciencia. No dejen de ser rebeldes”. En sintonía con Paulo Freire, afirmó que la educación debe liberar: “Si no somos hombres y mujeres libres no podemos amar. El amor sin acción pierde su sentido”
La presencia de Pérez Esquivel y Giménez dejó una enseñanza común: el arte y la defensa de los derechos humanos no son mundos separados, sino expresiones de una misma búsqueda por una sociedad más justa.
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Fuente Noticias MDQ











