
El municipio de General Pueyrredón intensificó su política de control vial y de seguridad en el último mes, logrando el secuestro de un total de 758 motos en diversos operativos realizados en distintos puntos de Mar del Plata y Batán. La medida, que forma parte de una estrategia integral, busca reducir la siniestralidad, combatir el uso indebido de estos vehículos y prevenir delitos asociados.
La acción, coordinada por la Secretaría de Seguridad, a cargo de Fernando Vives, en colaboración con el Cuerpo de Patrulla Municipal (CPM) y la Policía de la Provincia de Buenos Aires, se centró en fiscalizar el cumplimiento de las normativas vigentes. Desde la comuna, informaron que el principal objetivo es «garantizar el orden en el espacio público y reforzar la seguridad», una política que ha venido ganando terreno en la agenda de la gestión local.
Las cifras de julio marcan un nuevo pico en la política de control municipal. Según los datos oficiales, se secuestraron en promedio más de 24 motos por día, una cifra que evidencia la magnitud de los operativos. Este número, incluso, supera los registros de meses anteriores. A modo de comparación, durante junio se habían incautado 530 motos, lo que representa un aumento significativo del 43% en un solo mes.
Un plan de seguridad con foco en las motos
La decisión de focalizar los controles en las motos no es casual. En los últimos años, la falta de documentación, la evasión de patentes y, en muchos casos, el uso de estos vehículos en hechos delictivos se ha convertido en una problemática recurrente en la ciudad. Desde el robo de celulares a mano armada hasta la participación en asaltos más complejos, las motos son a menudo una herramienta clave para los delincuentes por su agilidad para evadir controles y desplazarse rápidamente por las calles.
«Estos operativos no solo tienen una función de ordenamiento del tránsito, sino que son una herramienta vital para la prevención del delito», explicó una fuente de la Secretaría de Seguridad. «Muchos de los vehículos secuestrados no solo presentan irregularidades en la documentación, sino que también están relacionados con antecedentes penales de sus conductores o son utilizados para cometer ilícitos», añadió.
La estrategia municipal apunta a dos frentes principales: la seguridad vial y la prevención del delito. En el primer caso, la falta de cascos, la circulación sin licencia de conducir o la ausencia de la documentación obligatoria son las principales causas de secuestro. En el segundo, el trabajo conjunto con la policía bonaerense permite cruzar información en tiempo real para detectar vehículos robados o que son utilizados en hechos delictivos.
Un contexto de mayor control en el espacio público
El endurecimiento de los controles sobre las motos no es un hecho aislado. La gestión municipal viene desarrollando una política de «orden y control» en el espacio público que abarca diversas áreas. A lo largo de julio, por ejemplo, los operativos de fiscalización también se extendieron a los denominados “trapitos” y a la venta de alcohol en la vía pública, resultando en numerosas infracciones y aprehensiones.
Según los datos de la comuna, en el mismo mes se registraron 40 infracciones a cuidacoches no autorizados y se logró la aprehensión de 14 personas por diversos motivos. Esta política integral parece buscar un control más estricto sobre las actividades informales o ilegales en las calles de la ciudad, un reclamo que en los últimos años se había vuelto recurrente por parte de los vecinos.
Además, la Secretaría de Seguridad ha complementado estos operativos con campañas de concientización. Se han realizado capacitaciones en seguridad vial para más de 850 alumnos y talleres sobre estafas online y ludopatía para 800 estudiantes, demostrando una mirada que no solo busca sancionar, sino también educar y prevenir.
Lo que viene: ¿más controles y más seguridad?
La fuerte suba en la cantidad de motos secuestradas en julio, en comparación con junio, sugiere que el municipio no tiene intenciones de bajar la intensidad de estos operativos. Se espera que, con el inicio de agosto, los controles continúen e incluso se refuercen en áreas consideradas «zonas calientes» de la ciudad, donde la concentración de infracciones y delitos es mayor.
El foco en las motos, en particular, parece ser una de las prioridades de la gestión. La efectividad de estos operativos, tanto en la reducción de siniestros viales como en la prevención del delito, será un indicador clave para evaluar el éxito de esta política. Por ahora, las cifras de secuestros muestran un claro compromiso de las autoridades con un mayor control en las calles de Mar del Plata.
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Fuente Noticias MDQ











